miércoles, 29 de mayo de 2019

El último embarazo

Imagen de cabecera con el titulo "El último embarazo" sobre una foto desenfocada

 Y fui papá de nuevo.

 Pero la historia comienza justo después de esta entrada. Tras unos meses de pena y de no tener ganas de nada comenzamos a darnos una última oportunidad de intentar ser de nuevo padres. Al que más le costó decidirse fue a mi, tenía mucho miedo de volver a vivir aquellos momentos tan duros, de volver a ver sufrir a mi mujer y a mi hijo.

 No fue fácil, estuvimos muchos meses intentándolo, algo que no nos había pasado en ninguna de las tres veces anteriores, porque siempre a la primera oportunidad conseguíamos el embarazo, llegó a nuestras vidas para poner más tensión. Así que las dudas y temores asaltaron a la Mamá Moderna: "¿Y si mi cuerpo dice que basta? ¿Y si mi cabeza lo impide? ¿Y si...?". Imagínate, tras tomar tan difícil decisión y no conseguirlo fácilmente se te viene el mundo encima, a mi también me surgieron algunas dudas, claro.

 Pero tras unos ocho meses lo conseguimos, nuestro último hijo estaba en camino. ¡Bien!

 Todo lo que en un embarazo debería ser alegría, esperanza, ilusión para mi fue todo lo contrario: miedo, angustia, tensión. No mola nada vivir un embarazo así, cada vez que íbamos a una ecografía se me revolvía el estómago, lo pasaba fatal esperando nuestro turno y, luego, dentro de la consulta, hasta que sonaba el maravilloso sonido del corazón de mi futuro hijo y sentía alivio.

 Las veces que no podía ir a alguna revisión era mucho peor, trabajando pendiente del teléfono pero al mismo tiempo acongojado cada vez que sonaba por si eran malas noticias...

 Al final fue una nena, la Pequeña Cavernícola llegó a nuestras vidas tras muchas horas de parto y una cesárea de por medio, no obstante, ese día de monitores tampoco fue fácil de digerir: llamada por la mañana al trabajo: "Cari, que me quedo en monitores que me van a observar, no es nada, no te preocupes cuando sepa más te vuelvo a llamar".

 Dos horas después... ¡DOS horas después!... llegó la llamada, finalmente la Mamá Moderna se quedaba ingresada y yo salía del trabajo pitando rumbo al hospital. Tocaría pasar varias noches y días esperando, rogando porque no fuera como con nuestro peque, aquella noche tan oscura, que por poco no pasó, al final nos escucharon, nos hicieron caso y fuimos para quirófano tras 50 horas intentando un parto natural.

 Ha sido muy largo, nueve meses que dirán, pero vaya nueve meses de temor, de miedo, de estar amargado, mustio, de pagarlas con el mundo y, sobretodo, con mi Pequeño Cavernícola, que al final es el que nos sacó de aquella situación rota y es el que ha pagado los malos momentos de este otro embarazo.

 Lo importante ahora es que, por fin, nuestra Pequeña Cavernícola está aquí y estamos aprendiendo y reaprendiendo lo que era esto de la paternidad.
Leer Más »
Theme designed by Feeric Studios. Copyright © 2013. Powered by Blogger
Ir Arriba