Un día en el cole nos pusieron sobre aviso en una tutoría de que el Pequeño Cavernícola no se relacionaba con los compañeros, era algo que ya había observado yo en el parque, donde no se relacionaba con los demás y prefería jugar conmigo o con otros adultos.
Tras esa reunión nos dejamos llevar por comentarios de otros padres y madres del tipo "es normal, ya pasará" o "no te preocupes, te avisan pero tu hijo no tiene nada de raro". Y bueno quizá tengan razón y... lo dejamos pasar.
Otras veces, dándole vueltas al coco, me dejaba llevar por mis pensamientos y divagaciones acerca de los genes y la propia herencia social "¡si tú eres igual, so melón!". Quizá sea así... y lo dejamos pasar.
Pero al final el tiempo pasa, y la cosa sigue igual. En el cole se preocupan más, nada grave, pero al curso siguiente, lo mismo. El Pequeño Cavernícola no se relaciona con los compañeros, en vez de un gemelo en clase tiene dos, apenas habla y participa en las actividades... Y si la tutora y la orientadora lo dicen, algo sabrán.
Le das vueltas al tema y lo comentas con TÚ gente, tras hablarlo en casa llegas a la conclusión de que "oye, por llevarle a un logopeda no perdemos nada".
Recomendados por otra amiga, encontramos un centro de terapia infantil y explicamos el tema: "Yo creo que mi hijo no se relaciona porque no habla bien y quizá tenga miedo de que no le entiendan, o directamente no le entienden, se frustra al relacionarse y al final desiste".
El primer paso es dar un par de sesiones con la psicóloga y logopeda del centro, primero con nosotros y el peque y la siguiente a solas con el Pequeño Cavernícola. Tras estas sesiones llegaría la evaluación.
Al principio no hubo evaluación, necesitaba verle más porque sí, es tímido y no se le entiende bien. Así que simplemente hicimos un par de sesiones más. Entonces ya sí, nos dijeron que no es un problema con la comunicación, los niños al final se entienden entre ellos, lo que pasaba es que le fallaban las habilidades sociales y para ello iban a buscar un grupo pequeño de dos niños para trabajarlas.
Y así fue, tras medio curso se nota el avance, tiene amigos en el cole, se relaciona mucho, le invitan a jugar a sus casas y viceversa, la profe está muy contenta e incluso hizo un trabajo en el que tenía que hablar delante de los demás compañeros y nos dieron la enhorabuena de lo bien que lo había hecho, orgullo de padre. En el habla también se le nota el avance aunque tenemos que reforzar este aspecto, todo se andará...
Con este pedazo de tocho de post solo quiero decir que hay estupendos profesionales ahí fuera, si detectan algo en el cole, o en cualquier sitio, por buscar un profesional y hacer una evaluación para tener una segunda opinión no perdemos nada, al revés, siempre estaremos invirtiendo en el futuro de nuestros hijos.
Confiemos en los profesionales por encima de nuestras creencias y amigotes.