Miedos.

 El segundo está en camino y no puedo evitar tener miedo y aunque esté ilusionado no puedo dejar de pensar en todo lo negativo que puede pasar. Nuestro primer embarazo ya acabó en aborto espontáneo y ya sabemos que aunque es tabú, sí, pero también sabemos que es algo que puede pasar y que pasa. Y cada vez que la Mamá Moderna me llama, me manda un audio por whatsapp o cuando sale del baño con mala se me detiene por un segundo el corazón, se me corta la respiración y se me revuelve todo.

 Solo un segundo.

 Afortunadamente ya ha pasado suficiente tiempo y las probabilidades de que pase van disminuyendo a medida que este avanza, así que por ese lado algo más tranquilo. No obstante afloran otros miedos sobretodo viendo como esta física y mentalmente mi mujer, está echa polvo con ciática y con mucho estrés debido a estar de aquí para allá con médicos y con coles y demás. Miedo a que la ciática vaya aumentando y acabé echa polvo hasta el nivel de no poder ni moverse, sabemos que puede pasar por testimonios de gente cercana, esperemos que no.

 Miedo al día del parto, vamos a cambiar de hospital y por esa parte hacemos lo que esta en nuestra mano por que no se repita pero aún así, aunque cambies de hospital, nadie te asegura que no vaya a pasar nada, que no vaya a sufrir otra cesárea que la deje peor aún que la otra vez o, no quiero ni pensarlo, que le pase algo al peque. Mucho miedo a revivir aquella noche tan oscura.

 Así que intento que no se me note, pero se me nota, creen que no estoy ilusionado cuando lo que estoy es acojonado, mi mente se defiende no creándose demasiadas ilusiones como si así me fuera a doler menos si pasara algo. Seguiré esperando que pase el tiempo y vayan disminuyendo las probabilidades de que pasen cosas, de disfrutarlas y deseando que las lágrimas sean de felicidad en vez de de tristeza.