¡Ostras! Hijo que ya está bien avanzado el mes y se me ha pasado escribirte la carta mensual, si es que no hemos parado y me he despistado. Bueno, vamos a ponerle remedio y al lío.
Sin duda el hecho más importante de Septiembre ha sido que has empezado el cole y ha ido todo genial, empezaste muy contento y con ganas de más y has acabado el mes igual de contento, con las mismas ganas de más pero agotado cuando cae la tarde. Ha habido tardes que te has dormido en un segundo en el sofá, otras que has llegado a casa dormido ya fuera en la silla o en el coche, y eso que el trayecto es muy corto. Pero por la experiencia de estos primeros días es mejor que no duermas hasta la noche porque te despiertas de mala leche e igual de cansado.
La verdad es que debido a este ritmo agotador no hemos hecho gran cosa estos días de Septiembre, llegar a casa, merendar y bajar al parque ha sido nuestra rutina. Aunque has bajado la bici algunos días aún no le pillas el truquillo y tampoco parece que te motive demasiado, en cambio jugar a la pelota cada día te gusta más, de momento le pegas bien con los dos pies y te mola mucho que papá le de un golpe fuerte y que vayamos los dos corriendo tras ella y acabar rebozándonos por el césped o montando en mi espalda como si yo fuera un caballo o una cebra.
Este mes te compré un juego de mesa, el frutalito, y hemos jugado muchos días, aunque te gusta más el juego libre que seguir las reglas originales nos lo pasamos muy bien, eso sí eres incansable y puedes jugar una vez tras otra durante toda la tarde. También hemos jugado a otros juegos de mesa un día que fuimos a las Freakwars, un evento de esos frikis que le gusta ir a papá y que en esta ocasión fuimos todos juntos. Allí había una sección de juegos para peques y jugamos al primer frutal y al unicornio destello.
Por lo demás lo de siempre, te gusta pasar tiempo con tus yayas y te has quedado alguna noche a dormir con alguna de ellas, te has puesto malo en tu primera semana de cole como era de esperar y te gusta bailar, no veas como te gusta y como nos reímos cuando te vemos mover el culillo tan gracioso, cualquier música es buena para echarse un baile.
A parte de escribirte tarde la carta me sale corta, este mes hemos estado muy cansados hijo, no me lo tengas en cuenta.
Te quiero.
Papá.
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