miércoles, 25 de enero de 2017

La maldición de la vuelta a la rutina.


 Son las 6:30 de la madrugada El Papá Cavernícola sale corriendo a trabajar, algo más tarde, El Pequeño Cavernícola se va al cole con su Mamá Moderna. Mientras este pequeño protagonista se encuentra en sus aulas su madre aprovecha para preparar comidas, hacer compras y otras tareas domésticas, para luego ir a recoger al peque, comer y a la siesta.

 Llegan las 15:00 de la tarde, El Papá Cavernícola sale de trabajar y raudo y veloz se dirige hacia el domicilio para comer, dar un beso a la Mamá Moderna que acto seguido se va a trabajar y ya esperar a que despierte o despertar al peque a las 16:00 como muy tarde, eso si no se lo encuentra ya danzando al llegar a casa del trabajo, con lo que el paso "comida" es un poco más caótico para el pobre papá.

 A las 16:30 como muy tarde a merendar para que, antes de salir pitando hacia rehabilitación, dejárselo a la Abuela Moderna cuando llegue a casa ya merendado y listo para pasar una tarde divertida de juegos y risas, con la abuela todo es muy divertido siempre :). El peque, que esto lo sabe bien, despide (y casi echa) al papá de casa para que le dejen solo con la yaya, así que El Papá Cavernícola sale pitando hacia el centro médico nuevo para realizar la rehabilitación que comienza a las 17:15, o sea que hay que salir a las 16:50 apurando.

 Las 19:00 en el reloj, se acaba la rehabilitación y corre para casa, hay que bañar, cenar y acostar al peque, todo ello en cosa de una hora desde la llegada, aproximadamente a eso de las 19:25. Con lo que si todo ha ido correctamente a las 21:00 El Pequeño Cavernícola se va a la cama y la Mamá Moderna entra por la puerta a su regreso del curro. Ya solo les queda cenar y ver alguna serie juntos para pasar un rato eso, juntos.

 Sin duda unos días agotadores, a los que además podemos añadir que los 3 últimos días la Abuela Moderna se puso enferma y no pudo venir, con la consecuente búsqueda de un alma caritativa familiar, primo disponible encontrado para dos días y cuñada para un tercer día. El Papá Cavernícola hoy empieza las vacaciones y ha cambiado la rehabilitación a las mañanas con lo cual ya puede volver a llevar una vida más tranquila y poder pasar más tiempo con su Pequeño Cavernícola.

 Las consecuencias, a parte de agotamiento y estrés, perderse la reunión del cole trimestral, ya que era a las 15:30, imposible de cuadrar porque el cole y el centro médico se encuentran en puntas opuestas de la ciudad y sin vehículo no es posible llegar a tiempo a todo. Otra consecuencia es que este cansado padre apenas ha podido disfrutar de la compañía de su amado pequeñín.


6 comentarios:

  1. Adaptación paulatina es la única cura jejejeje lo peor menos tiempo para los peques

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    1. Eso es lo malo, que lo pagan ellos (aunque creo que lo sufrimos más nosotros porque el peque se queda encantado con quien venga a casa...)

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  2. Es duro, sí. Ojalá pudiçeramos disfrutar más de su infancia. Sobre todo, porque es una época que pasa volando...

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  3. Así estamos todos!! Nuestra vida está marcada por un reloj!!!!! Y espérate cuando empieces con las extraescolares!!!

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