Mis matemáticas.

 Uno, empiezas a leer, te identificas, quieres transmitir porque te entra el gusanillo. Sabes que tienes que digerirlo, hacerlo con prisas nunca es bueno. Dos, reflexión, análisis, piensa en las diferentes alternativas y qué ofrecen, lee opiniones distintas y fórmate tu propio estilo. Tres, con tu gente empiezas con la idea, unos ayudan y otros orientan, opiniones diferentes, quizá puedas caer. Cuatro, todo comienza, le echas horas delante del teclado, el blog comienza a fluir, varios borradores guardados ya, sé honesto contigo mismo ¿qué tienes que contar? Cinco, abres el blog, liberas tu opinión, es el momento clave, debes mostrar tus habilidades, asombrar, decir aquí estoy y esto es lo que ofrezco.

 Seis, llegan los contactos, las críticas, los PapásBlogueros... el móvil echa fuego con cada grupo nuevo en el que entras lo que refleja que todo avanza, el hobby deja paso al deber. Siete, los lazos de unión con el público se forjan, alguno se rompe cuando no te sienten y hay que aprender a vivir con la experiencia, no siempre puedes agradar a todos, serás juzgado. Ocho, te esfuerzas, te critican, trabajas más, te exiges más, das mucho más, te gusta, te mola llevar tu trabajo al máximo y no mola que algunos intenten no pagarte lo ganado. Nueve, todo llega tu blog recibe nominaciones a premios y a nivel personal te ofrecen diferentes cosas. Diez, estás arriba, finalista de unos premios importantes, todo el trabajo recibe su recompensa en esta ocasión, el esfuerzo mereció la pena.

 Diez, no ganas pero tienes la misma ilusión, quieres seguir a toda costa, el tiempo pasa y eres consciente de que ya no es como antes aunque adquieres una nueva virtud. Nueve, te oxidas si no te mueves, relajarse significa acomodarse y no se puede, nuevos bloggers llegan pidiendo paso y los tuyos van desapareciendo. Ocho, surgen nuevas oportunidades que te llaman más y las aprovechas, te motivan y les dedicas más tiempo, el blog va quedando algo más de lado. Siete, no escribes, primero unas vacaciones, luego alguna enfermedad pero lo cierto es que la pantalla en blanco te reclama para teclear. Seis, los mail, te llegan muchas propuestas, la bandeja está petada y casi ni la consultas, te apetece participar pero quizá de otra forma, le das vueltas a otros proyectos.

 Cinco, los que te motivan ya apenas escriben, los tuyos, los de siempre, alguno se va, otro se sale y otro lo deja, aguantas pero no es igual. Cuatro, estás solo, cansado, una idea te ronda la cabeza y pasa por tu lado, puedes empezar en otro lado, cambiar de tercio y rejuvenecer, hacer que vuelva el ayer. Tres, resulta que algo ocurre, esa idea brota de otro lado, con amigos, los de siempre, recuerdas esa sensación de empezar algo, comenzar algo, le tienes ganas. Dos, aquí sigues, estás donde empezaste pero has recuperado la sonrisa, solo hay una duda ¿te mantienes o pasas a lo otro directamente? Ideas nuevas brotan para nuevas entradas, imaginas como es y te das cuenta que lo mejor es estar en el diez y volver al uno, donde lo más difícil es mantenerse, alcanzar el éxito puede ser fácil, lo difícil es mantenerlo.