miércoles, 4 de noviembre de 2015

Porque te quiero.

 Por el día que me regalaste aquel llavero con nuestra fecha, tu nombre y un "te quiero" y que he llevado en todas las llaves del coche que he tenido. Por aquel día que nos estábamos besando y nos pilló la lluvia por sorpresa, estábamos lejos de nuestras casas y era tarde, muy tarde, fuimos hasta mi casa y llegamos calados, y no hubo nada mejor como el calor mutuo para secarnos. Por aquella noche en tu casa cuando me picó una avispa un par de veces y al verla salí corriendo dejándote sola ante el peligro, eso sí, yo fui a por un arma para defendernos, pero eso siempre quedó en un segundo plano. Por aquel 29 de Junio de 2013 cuando apareciste preciosa con tu vestido de novia y, como no podía ser de otra forma, con tus gafas porque, sí, te podrías haber casado con lentillas como te insistía mucha gente, pero a mí la rubia de la que me enamoré lleva gafas y me gusta cómo es. Porque ese mismo día la gente dice que el que irradiaba felicidad era yo, que se me veía muy contento, pero la felicidad me la transmitías tú cuando me dabas la mano con tus nervios, con ese beso, con tu mirada.

 Por aquellos sms nocturnos y mañaneros que al cabo de los años se han convertido en whatsapp pero que se siguen manteniendo aunque estemos juntos, siempre me mandas un buenas noches y un te quiero cibernético. Por tu comprensión y por tus charlas. Por tu encantadora mala leche cuando te despiertas. Por el hueso de tu cadera. Por ser la tonta del pifio. Porque hemos engordado (madre mía como estábamos en Mallorca) y adelgazado juntos. Porque da igual lo que te hagas en el pelo que siempre estás preciosa. Por todos los votos que me has dado en las fiestas de disfraces cuando elegimos el mejor disfraz y que yo no te devuelvo traicionando tu confianza.

 Por tus llamadas y mensajes cuando curro que me retrasan en mi labor pero que me alegran la mañana en esos días de mierda. Por la fortaleza que mostrabas, o qué intentabas mostrar, durante el parto. Por aquella noche tumbados en la cama, con el Pequeño Cavernícola ya durmiendo a nuestro lado, en la que tuvimos que ahogar nuestras carcajadas por una escena de LQSA. Por lo bien que cocinas, dicen que nunca nadie cocina mejor que tu madre pero como tú ninguna. Por decir las cosas a la cara aún sabiendo que te ha costado muchos amigos. Por aquella parada en la zona de descanso de autopista de peaje en mitad de la madrugada. Por el club de la lucha.

 Por aquel ultimátum. Por no hacerme caso cuando te lo dije. Por aprender de los errores. Por saltarte clases cuando venía de trabajar para esperarme a la salida del instituto para estar juntos. Por tu confianza. Por ser capaz de dormir en un banco detrás de la catedral de Notre Dame. Por hacerme reir, sonreir y llorar. Por aquel cubo de Malibú con piña imposible de terminar. Por engancharte a mis series. Por acompañarme al Cultura Urbana. Por darme tranquilidad al verte en mis conciertos. Por respetar mis sueños. Porque me dijiste que te había gustado aquello de hacer senderismo por Asturias, pero en eso quedó la cosa, tendrás que repetir tarde o temprano... Por echarle huevos en aquella cuesta de Granada. Por tomar decisiones. Por intentar ahorrar aunque no te hayan enseñado a ello. Por acabar roja como un cangrejito cuando tomas nada el sol.

 Porque han pasado 10 años desde aquella noche en la que tras besarnos en el parque de "la Juve", miré el reloj y te dije "bueno son las 0:00, decide si hemos empezado a salir el día 4 o si lo hacemos el día 5" y tu decidiste te que fuera el día 4, ya que llevábamos todo el día juntos. Por todo esto y por mucho más, es por ello que...

 Te quiero rubia.
 Hoy es nuestro día.

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