martes, 12 de septiembre de 2017

Misión escolarización III. La casa de niños.


 Si te perdiste las anteriores entregas de esta misión que no se sabe cuanto durará aquí esta la primera parte y la segunda. Hoy me toca analizar lo que fue su paso por la casa de niños a la que fue el Pequeño Cavernícola durante un año, de los dos a tres años de edad.

 Tras estar dubitativos decidimos apuntarle pasada la fecha de matriculación por lo que el lugar que queríamos no pudo ser y tuvimos que ir a otro de la misma cadena pero situado más lejos de casa, aunque más cerca de la casa de las abuelas lo que nos ha servido de ayuda durante muchos meses para que le llevaran o recogieran si nosotros no podíamos. Así que finalmente empezó en Octubre y aunque hubo periodo de adaptación la verdad es que no lo necesitó porque desde el primer día entró feliz y con ganas de repetir al día siguiente. Nos dijo la profe que todos los niños tienen que llorar como adaptación pero nuestro cavernícola no lo hizo en todo el curso, tan solo alguna vez porque había estado malito.

 En principio la forma de enseñar nos gustaba, seguían un método con "esquinas" de diferentes actividades, trabajos sensoriales y otras actividades para ir aprendiendo cosas al vertiginoso ritmo de los peques. Lo malo es que tenemos la sospecha de que nuestro peque ha estado apartado de las actividades muchas más veces de las que uno desearía, en las fotos de cada trimestre apenas sale y cuando lo hace esta solo por el fondo.

 Mi hijo es un poco testarudo y cuando algo no le sale se enfada y aunque siga intentándolo como no le termine saliendo se cabrea "como una mona". Por otra parte le gusta mucho relacionarse con los niños pero no le gusta que le desordenen las cosas o que le asalten cuando está haciendo alguna actividad. Estas dos cosas son, por las charlas trimestrales que teníamos los principales causantes de esos "castigos" porque otras que hacía como tirar juguetes y demás se lo corregimos en casa.

 Al final para que mi hijo vaya a un sitio a estar apartado con el trastorno que nos cuesta de desplazamientos no sale rentable. Entiendo que una profe no se puede dedicar exclusivamente a un niño por pequeña que fuera la clase pero creo que dedicarle unos minutos sí que entra dentro de sus dependencias. Con el paso de los meses se le iban apagando las ganas de ir a nuestro hijo y por consiguiente también se nos quitaban a nosotros, cuando un niño no quiere ir a su cole es por alguna razón y a ningún niño le gusta estar apartado mirando a los demás hacer actividades.

 Como es mi primer hijo no tengo una valoración sobre si ha aprendido más que si no hubiera ido pero supongo que la diferencia no habría sido tanta porque en casa le prestamos atención, jugamos con él y le enseñamos cosas y en el parque se relaciona con todos los niños que ve, mayores, menores y de su edad.

 ¿Repetiré en caso de tener otro? Supongo que repetiré porque al final la conciliación está como está en este país pero seguro que le inscribiré a tiempo y buscaré otro centro, a ser posible más cercano.

4 comentarios:

  1. Es el problema de los ratios. Y luego las metodologías, claro! Yo solo contemplo llevar a guardería en el caso de necesidad por trabajo (y no es el caso). Para estimularla y enseñarle ya me las apaño yo estupendamente y con lo bueno de dedicarle toda mi atención (q será diferente cuando llegue #2 pero nunca en un ratio 1:8 o 1:13

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    1. Pues sí, esas excusas que nos venden esta demostrado que no son ciertas (como tantas otras XD)

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  2. Para mi es importantísimo la distancia, aunque claro en una ciudad como esta eso no es un problema.

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    1. Es importante, que esté cerca te da la vida, con el cole ya no tenemos problema, podemos ir andando cuestabajo y volver cuestarriba XD

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