martes, 26 de julio de 2016

Creciendo juntos. Margaritas.


 Me gusta verte jugar con tu hijo y que le dediques un tiempo precioso. No me gusta que le prestes demasiada atención al móvil mientras estás con él. Me gusta que te des cuenta en algunos momentos y lo dejes a un lado, en silencio, para que no moleste. No me gusta que a veces estés tan cansado que no te apetezca tirarte al suelo para jugar con el peque, en serio tío lo vas a echar de menos más pronto que tarde.

 Me gusta que sigas acostándole cada noche, que le cantes y le des su agua antes de dormir. No me gusta que, cuando se despierta en medio de la noche para pedir su agua, te levantes protestando, sabes que luego te arrepientes. Me gusta que le digas te quiero cada noche al echarle en su cama para dormir. No me gusta que alguna vez hagas como que no te enteras, cuando se despierta por la noche, para ver si se vuelve a dormir.

 Me gusta que le leas algún libro de vez en cuando y como le dices todo lo que sale en los dibujos, cada vez de una forma diferente para que no se aburra. No me gusta que, a veces, le dejes demasiado tiempo la tablet porque estés cansado y así te de un respiro. Me gusta que le hayas enseñado tantas cosas y que sigas empeñado en enseñarle otras con lo testarudo que es el Pequeño Cavernícola. No me gusta que la tablet le esté ganando la partida a los libros, aunque el primer puesto en divertimento sigue siendo del parque.

 Me gusta cuando juegas en el parque como si fueras un niño más. No me gusta que cada vez lo hagas menos pero... Me gusta que cada vez lo haces menos porque le estás dejando que vuele libre y que juegue y se relacione con los demás niños, eso si, siempre estás vigilante y eso no se si me gusta o no... No me gusta que a veces te quedes sin ideas de qué hacer o donde ir y al improvisar salga una tarde aburrida.

 Me gusta que sepas disfrutar de esos pequeños momentos y los saborees, sí, me gusta y mucho porque pasan, y pasan volando. No me gusta que levantes la voz alguna vez que no salga como quieres lo que estás haciendo. Me gusta que no seas malhablado y sepas usar otras palabras más suaves para maldecir, como ostras o leches. No me gusta que te enfades por tonterías cuando, por ejemplo, acabas empapado en el baño o con la sopa por la espalda derramada.

 En definitiva amigo mío, de Papá Cavernícola a Papá Cavernícola, me gusta que seas padre y que tengas ganas de serlo, sigamos otro año más a ver como se va dando la cosa.

 Un abrazo amigo.

2 comentarios:

  1. Me gusta pensar que existe gente como vosotros, Papás Cavernícolas, conscientes de que las imperfecciones son lo que dan sentido a la vida. El derecho a equivocarse nos hace humanos y, ¡que leches! Que maldecir con un buen 'recorcholis' siempre hace gracia ^_^

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    1. Somos imperfectos y hay que disfrutar de esas imperfecciones. Sigamos equivocándonos :)

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